sábado, 31 de enero de 2009

Aquellas maravillosas navidades

¡¡Ya es Navidad!!
La verdad que ya no me hace mucha ilusión, porque llevo viendo guirnaldas, árboles de navidad, Papás Noeles asaltando cientos de hogares a plena luz del día, luces parpadeantes y demás parafernalia navideña desde prácticamente cuando el termómetro marcaba 30 º centígrados y de ahí el motivo de mi aburrimiento.. en fin, debe ser la edad porque esto no me pasaba en mis tiempos mozos: aún recuerdo esos días en que veía cualquier programa de TV a cualquier hora del día esperando a que se fueran a publicidad y poder disfrutar un anuncio de juguetes tras otro e ir a clase era divertido porque los deberes eran hacer figuritas de arcilla para el Belén del colegio.
Lo fuerte comienza en Noche Buena… donde todos soñamos con poder emular a nuestro ídolo por esas fechas: Macaulay Culkin en sus películas de Solo en Casa, pero ahora que soy mayor… me alegro de no haber seguido sus pasos.
A la mañana siguiente algunos teníamos que sufrir viendo a otros niños disfrutar de los regalos que les había traído Papa Noel, pero que le iba a hacer yo, mi madre decía que como en casa no había chimenea no podía acceder a nuestra humilde morada, pero ignorante de mi por esos entonces todavía confiaba ciegamente en Los Reyes Magos.
Otra de las citas ineludibles para los que han sobrevivido a los arenosos polvorones de la cesta de Navidad del cabeza de familia es la Nochevieja, donde vuelves a ver a esa tía a la que nunca ves a pesar d lo mucho que te quiere a juzgar por la cantidad de besos que te da y las veces que te dice lo guapo y lo alto que estas, vamos, que te pone la autoestima por las nubes.
La cena de Nochevieja es algo parecido al Gran Prix: todos los de tu pueblo llevan calzoncillos del mismo color y está Ramón García explicándole a toda España como funciona un reloj, aunque los más jóvenes del lugar suelen confundir a nuestro querido Ramón con Drácula por su característica capa vampiresca. Tras la abundante e interminable cena y mientras ves el especial de mis paisanos Cruz y Raya llega el momento idóneo para prepararte las 12 uvas tal que si fueras un ingeniero. Después de unas emocionantes pero no obstante desastrosas campanadas llega lo bueno, es cuando podemos ver a nuestro tío borracho cantando villancicos con la corbata atada en la cabeza al mas puro estilo karateka y disfrutar de nuestro primer baile agarrado con una mujer… ¡nuestra abuela!
Sin lugar a dudas, nos estábamos haciendo adultos, ya consumíamos alcohol aunque tan solo fuera un culín de champán y llevábamos a cabo nuestro primer acto delictivo: entrar a escondidas a la cocina, en ocasiones con nuestro hermano o primo en el papel de cómplice para abrir y consumir parte del contenido de la deseada caja roja de Nestle.
Después de nochevieja, la espera hasta el día de Reyes se hace mas larga que el anuncio de Freixenet, hasta que por fin llega, es el único día del año en el que no te importa madrugar, bien sean las 5 de la mañana que cuando abres los ojos te levantas de la cama de un salto esperando encontrar bajo el árbol rebosante de adornos, el Scalextric y el Action Man que tanta ilusión te hacia y por el que fuiste un niño bueno todo el año y te habías comido siempre las lentejas que te ponía tu madre, pero llegada la hora de la verdad te encuentras con un par de calzoncillos y algún juego educativo, a todo esto hay que añadir el estuche de rotuladores Carioca que trajeron para ti en la casa de tu tía, todo esto a pesar de haber ido escoltándolos en su carroza y recogiendo todos los dulces que lanzaban incluso peleándote con tus amigos por un cochino caramelo de limón pisoteado. Llegado a este punto, te sientes defraudado por sus majestades, a los que les dejaste galletitas y leche al lado del microondas para que se pudieran calentar un Cola Cao, y decides escribirle el año que viene a Papa Noel, que iba cada año al colegio La Paz a repartir regalos y parecía muy simpático.
A pesar de la decepción, a los compañeros de clase les contábamos muy seriamente que cuando te levantaste a hacer pis, viste casualmente al Rey Baltasar, que es el que mas mola.
En fin, solo quedaba volver otra vez al día a día, disfrutar de tus regalos y portarse mejor para el año que viene, ¿y a los mayores que nos queda? Pues hacer las típicas promesas para el nuevo año: Apuntarse al gimnasio y dejar de fumar.
¡Feliz Navidad!

viernes, 30 de enero de 2009

Aquellos maravillosos años

El verano en que cumples 20 primaveras, es aquel en el que un dia tumbado en el sofá mientras haces zapping caes en la cuenta de que ya no eres un niño, eso me hace inevitable seguir escribiendo estas líneas sin que miles de nostálgicos recuerdos acaricien mi memoria de los que sin duda muchos se sentirán identificados.
Parece que fue ayer cuando nos quedábamos embobados viendo el escaparate de Juguetes Pancho al pasar por enfrente, sobretodo si estábamos en época navideña o cuando veíamos Dragon Ball mientras merendábamos Phoskitos y leche en nuestra Bati-Cao o los típicos bocadillos de nocilla que nos preparaba nuestra madre para que creciéramos fuertes y sanos, ¡Todo un clásico!.
¿Quien no esperaba con ansia que llegara el viernes, para ir con nuestras mamás al mercadillo y que nos comprara algo en el puesto de juguetes o quien no intentaba reunir todas las monedas sueltas posibles para jugar una partida más en los recreativos?
Atrás quedan nuestros hitos y hazañas del recreo como aquel gol que marque al mas puro estilo McManaman que muchos recordaran y nos dio la victoria aquella calurosa mañana, si.. recuerdo aquella semana afortunada en la que fui tan feliz por conseguir el ultimo cromo de la colección de Pokemon. Era normal volver a casa después de jugar con las rodillas sangrando, pero no pasaba nada, todo se podía solucionar con un poco de mercromina, al fin y al cabo, eran cosas de niños…
No existía el messenger ni el móvil, para ligar lo mejor era jugar al conejito de la suerte o a la botella y para quedar con los amigos íbamos de casa en casa llamándonos unos a los otros. Tan solo éramos unos niños inocentes que ignoraban la crisis económica que se nos avecinaba, que después de jugar a las canicas o a la peonza en el parque del medico nos podíamos deleitar el gaznate con un calippo o un frigopie por tan solo veinte duros, nos hinchábamos bollería pero no sufríamos de obesidad infantil, en todo caso alguno era gordo y punto, esa pequeña pandilla de esclavos de la ultima moda donde en el patio del recreo no eras nadie si tus zapatillas no destellaban una luz roja tipo láser o si no tenias una mochilla de ruedas o un reloj calculadora, aunque si querías ser lo más de lo más debías tener el ultimo grito, un avance tecnológico por aquella época insuperable… el ¡discman!, que te permitía escuchar hasta la saciedad y sin rebobinar las desquiciantes notas infernales de la canción del verano de turno.
Fuimos una generación de mentirosos, pero no nos culpen a nosotros, sino a la televisión, gran lacra social de nuestro tiempo que aun perdura hasta nuestro días, gracias a ella crecimos viendo a un coche que hablaba, a un grupo de 4 fugitivos que siempre aparecían casualmente allá donde había una injusticia, y soñábamos que si algún día nos ahogábamos en la playa, nos salvara una joven y despampanante rubia como Pamela Anderson. Lloramos con ET y la muerte de Chanquete y nos preguntábamos porque a la hora del desayuno nuestra cocina no era como la de Medico de Familia y porque Espinete se ponía pijama por la noche si durante el día iba desnudo, nos reíamos de aquel anuncio donde un abuelete preguntaba si el Madrid era otra vez campeón de Europa y creíamos que realmente éramos capaces de chutar tan fuerte que nuestro disparo atravesaría la red tal y como sucedía en Oliver y Benji, de echo nuestro primo del pueblo lo hizo ante nuestros propios ojos o al menos eso le decíamos a nuestros amigos al volver de nuestras vacaciones.

Pero en definitiva, fuimos una generación que tuvo la suerte de crecer como niños, y a diferencia de los de hoy en día aprendimos el respeto por los mayores, la educaron y a cuidar el mundo en el que vivimos, supimos lo que era el fracaso, el éxito y que la libertad traía consigo responsabilidad, y así nos hicimos mayores porque a pesar de que Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que les pedíamos en esa carta que escribíamos con tanta ilusión, siempre lo hemos tenido todo gracias a nuestros queridos progenitores, y lo mejor de todo sin duda, es que ahora ya no tenemos miedo a cortarnos el pelo porque al día siguiente nuestros adorables compañeros de aula nos darán la bienvenida con un masaje de collejas a la altura del cuello y además hemos visto a la selección pasar de cuartos…¿Qué mas podemos pedir?
Recordad que nunca es tarde, ¡¡vamos a salir todos a la calle a jugar como niños!!

martes, 27 de enero de 2009

Mensaje a un maltratador

Déjame que te explique, que no hay posible cura para enfermedad pero no por ello tienes que contagiarlo a quien te rodea, a quien castigas porque dices que la quieres, porque sino te pierde el respeto y tienes que dejar claro que tu eres el hombre y aquí se hace lo que tu digas… pero recuerda quien te ha hecho sentir que eres alguien, quien te saco mil sonrisas y quien renuncio a tanto por ti, quien estuvo ahí cuando mas lo necesitabas, ¿así es como se lo pagas?Si, esa mujer a la que pegas tiene nombre y quizás sea tan “mala” por tu no ser un hombre que la honre, y tiene derechos y obligaciones como tu y yo, tiene ilusiones y sueños que nunca cumplirá gracias a ti, ya que encima tiene que dar gracias por seguir viva y siento que no comprendas lo que estas haciendo, ojala algún día te dieras cuenta de que no eres nadie, ni mas macho, ni mas poderoso ni nada, tan solo eres un cobarde, todo el mundo debería saber que tipo de escoria eres, que te miraran con desprecio, que te señalaran por la calle, que se cruzaran de acera a tu paso, no por que intimides sino por rechazo, eres un maltratador, no se puede caer mas bajo.¿Por qué no eres sincero con ella aunque solo sea por una vez? Grítale que te pones furioso porque no la quieres, levántale la mano para decirle adiós ,que los únicos golpes que se lleve sea en su corazón y que sus lagrimas solo sean provocadas por la decepción de ver en que clase de persona se ha convertido aquel al que un día amó.Déjala que vea que ya no hay motivos para sentir temor, que puede ser ella misma quien guíe sus pasos, que se sienta libre por fin porque es mejor luchar por una nueva vida que vivir sufriendo y ver tu muerte en el día a día.Nando Amador